Por Javier Taeño | Gaceta trotamundos
Como si de un mal sueño se tratara, Nairobi se va despertando poco a poco de la tragedia que ha vivido durante 4 días. No será fácil dejar atrás este ataque terrorista en un centro comercial que se ha saldado con al menos 72 muertos, aunque se esperan más víctimas, ya que tres pisos se han desplomado, dejando varios cuerpos sepultados debajo.
Tras tomar las autoridades el control del recinto, los supervivientes pueden relatar qué fue exactamente lo que ocurrió en el interior. Yla historia de Elliott Prior, un niño británico de apenas 4 años, es de las que merece ser contada por su valentía y arrojo en una situación tan límite como esta.
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Era un día normal para el pequeño. Él y su hermana, de 6 años, habían acompañado a su madre Amber, productora de cine, al centro comercial a comprar leche. Mientras que estaban haciendo la cola para pagar, los terroristas irrumpieron en él, armados hasta los dientes y disparando aleatoriamente en un camino de muerte y destrucción.
Asustados, se escondieron debajo de un mostrador de carne fría durante una hora y media. Pero no tuvieron suerte; los asaltantes encontraron su escondrijo y dispararon en una pierna a Amber, dejándola herida.
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Afortunadamente poco después tomaron la decisión de dejar que los niños que aún estuvieran vivos se marchasen. Pero Elliott no quería dejar las cosas así, tenía que hacerles saber a los atacantes que estaba mal lo que habían hecho.
“Los terroristas dijeron que si alguno de los niños estaba vivo en el supermercado se podría marchar. Amber tomó la decisión de ponerse en pie y decir que sí. Luego Elliott empezó a discutir con ellos y les dijo que eran hombres malos. Fue muy valiente”, reveló el tío del pequeño, Alex Coutts, a The Sun.
La reacción de uno de los terroristas no pudo ser más sorprendente. Aparentemente conmovido por la reacción del niño, le dio chocolate y le pidió disculpas.
“Perdóname por favor. No somos monstruos”, dijo.
Cuando descubrieron que Amber era de origen francés se dirigieron también a ella y le dijeron que la fe musulmana “no era mala”, según desvela el Daily Mail.
“Me dijo que tenía que cambiar mi religión y convertirme al Islam y mientras me preguntaba‘¿Nos perdonas? ¿Nos perdonas?’. Naturalmente yo les iba a decir lo que quisieran y luego nos dejaron marchar”, contó la madre.
Fin de la pesadilla para esta familia que a buen seguro no va a olvidar nunca las horas que pasaron en ese centro comercial sin saber qué sería de sus vidas.
Fuente:: The Guardian
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